La fiesta "post - Ayudar jugando" continuó en un vasco, donde tuvimos ocasión de charlar animosamente, pasarlo bien, reír (y mucho) entre pinchos y cerveza, con Xavi y Miguel.
Después, Miguel vino a Girona con nosotros, donde la jornada escrabblística se prolongó casi hasta las siete de la mañana (hubo mamonas, soportales, cegatones y demás lindezas escrabbeleras). Las fotos de una "fiesta pijama" jamás han de ver la luz (norma no escrita), pero garantizo que pudimos pasarlo muy bien en compañía de este simpático (un poco chiflado también) amigo que promete llegar a dar mucha batalla en el juego muy pronto. ¡Gracias por la visita, Miguelón! Nos encantó tenerte con nosotros.
Y el domingo pudimos emocionarnos con la vuelta a casa de la hija pródiga, nuestra querida Arantxa, que vino de las gélidas tierras del norte, en compañía de Dani y de Toulousse (una intrépida y voraz... ¿bolita de nieve?). A pesar de esa "clausura física y emocional" a la que se ha visto reclutada (oh, sole mío, ya lo decía la canción), no ha perdido un ápice de ese desparpajo y gracia tan suyos y aquí estuvo otra vez alegrándonos con su compañía y sus risas y (pensé que nunca me lo volvería a pedir)... ¡con su juego! Y, a pesar de casi cuatro meses de inactividad... ¡¡¡no ha olvidado jugar!!! Esas dos reñidísimas partidas (derrota y victoria, ambas en torno a 15 puntos de diferencia) y esos acanteo, aíllo, guipe, chozparan, etc. dan clara muestra de ello. Dani a la guitarra y Toulousse a base de gracias de cachorro terminaron de hacer de la de ayer una tarde muy muy especial. Os queremos, chicos.
¿Presentándonos a un futuro campeón de Scrabble?
Hay atriles que exigen mucha concentración. Y, si no damos con el scrabble, siempre podemos ver qué hay en la tele.
Cada loco con su tema. Al otro lado de la imagen, tratábamos de jugar una partida.
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