Conozco a pocos tan jugones como ella. Ivette llegó a las nueve de la noche, 600 km. para jugar un torneo de seis rondas; tan loca como siempre, sólo que esta vez, al menos, vino para todo el fin de semana. La recogimos y, cómo no, nada más llegar a casa cenamos y jugamos un par de partidas. El sábado, reunión de club, unas cuantas partidas, amistad, una cerveza en el parque... Comimos en casa, con ella y Arantxa como invitadas. Como casi tantos sábados, la reunión de club continuaba en la sobremesa. Más partidas, una duplicada... completo sábado de Scrabble, para ir calentando motores.
De buena mañana salimos el domingo. Conduzco yo, que me encanta, como el juego. Como, además, soy el más serio del grupo, lo bueno es que mis tres acompañantes femeninas pueden ir a sus anchas, alborozando y riéndose de todo; la música acompaña, el ansia por la competición palpita en el pecho y el primer sol de la mañana hace completo un viaje que siempre se disfruta; esa ruta previa al torneo es siempre fantástica y me gusta ir mirando de vez en cuando por el espejo toda esa alegría, en la que se entremezcla algún que otro anagrama lanzado al aire para ir despertando neuronas. Llegada y buen desayuno... ¡el segundo mejor momento de un torneo!... antes de todos los demás buenos que están por venir.
Y, ya por fin, adrenalina, la mano a la bolsa y las fichas, aún frías, comienzan a bailar, como taconeando el anuncio de que empieza la batalla. Cuando a uno le cuelgan el cartel de favorito, sorprende y no sólo a uno mismo el torneo en el que no se te ve por los primeros puestos. Por suerte, hace tiempo que este juego me enseñó también a perder; si no hubiera aprendido, ¡ay, qué pena!, porque, más allá de que puedas tener un mal día, también la bolsita es caprichosa y olvidarse de ello sería coger un disgusto ante cada derrota no esperada... ¡y no vine aquí para coger disgustos!
Primera ronda: Ivette. Un duelo varias veces repetido. Lobito con piel de cordero: ¡qué poco gusta que empiecen a suspirar desde el principio porque la teoría dice que la victoria está cantada! "Sí, sí, sí, ya veremos qué pasa, no lo tengo yo tan claro". La apisonadora Ivette me pasa por encima: para empezar, ENTIESO, HEBRARAS y ACOLITES... para tomar un poco de descanso, TEZ, HUYAN y JO que dan más de 100 puntos... y, para rematar, un CABREADO en doble triple que vale por tres scrabbles y un ELUDISTE, no sin antes despedirse con un OVADA por 43 y otro par de jugadas. 300 de diferencia... si en vez de a scrabble me dedicara al boxeo, aún estaría recogiendo dientes. Pero, ¡y cómo me alegré! Es lo bueno de tener amigos en scrabble y de aprender a sobrellevar la derrota, como quien en la quiniela marca que pierde su equipo favorito: siempre hay un motivo de satisfacción. Le auguro un gran torneo, se palpa cuando un jugador tiene la racha y hoy ella va lanzada hacia el éxito.
La competición avanza y “mis otras chicas” no van tampoco nada mal. En última ronda sólo Arantxa puede evitar que Ivette acabe invicta y... ¡bingo!: le pone emoción al torneo empatando por el primer puesto, mientras que en un segundo grupo con cuatro victorias allí estamos, Montse y yo junto a otros seis jugadores que nos jugaremos el cierre del podium en una duplicada; Arantxa e Ivette desempatarán por el primer puesto.
No creo que nadie hubiera apostado al principio por una jugadora que partía del escalón número 53 del ranking nacional. Pero... ¡aaaaaaaah, amigo mío!, este juego es lo que tiene. La duplicada coloca a Montse tercera y, en el desempate con Arantxa, da la victoria a una Ivette que llora a lágrima viva al recoger su trofeo.
Y, mientras a mí me deja en novena posición, me vuelvo del torneo pensando que éste me ha dado una de las mayores satisfacciones que podía llevarme: ¡salí por la mañana, sin saberlo, siendo el chofer del mayor trío de damas escrablísticas del momento!
¡Felicidades, campeonas!
Ivette y Montse compartiendo atril en el Retiro madrileño
2 comentarios:
Enhorabuena por la iniciativa del blog y, desde ya mismo, contadme entre vuestros lectores más acérrimos!
Y Patxi, coincido contigo en lo importante que es saber encajar las derrotas. Conlleva un aprendizaje y desde luego no es fácil.
Un abrazo. Enric.
¡Oye Patxi! Además de excelente escrablero, buen mozo y el mejor presidente del mundo vas y... ¡¡sales buen bloguero!! : ) ¡Esta Montse es una tía con suerte! ; )
Enhorabuena por tan buen blog e infinitas gracias por los cometarios hechos a mi persona. Espero disfrutar de muchas más horas leyendo tus artículos... ¡y aún más de partidas!
¡Un abrazo!
Ivette
(A pocas horas del tan esperado Europeo y deseando llegar ya a Girona a empezar las partidas no-de-torneo previas, nocturnas, a última hora en el aeropuerto y las demás que se tercien...).
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