Hoy he recordado otra vez cómo se ilumina la mirada cuando alguien a quien le gusta el juego descubre que tiene muy cerca otros locos a los que esto les apasiona y... ¡que además se reúnen habitualmente y hasta organizan torneos!
Me he podido ver a mí mismo cuatro años atrás, cuando conocí de la existencia de la AJS y, aunque Javier no ha llegado a perder la cabeza por el juego (al menos de momento, todo se andará), una persona que, sólo un día después de enterarse que practicas esa rarísima afición de la que piensa que debe ser de los pocos chiflados que lo hace, ya te está preguntando por las palabras válidas, las puntuaciones, el control de tiempo, los torneos... parece condenada al contagio. Y si, además, es cantante de tangos los fines de semana y cursa estudios de catalán (y curiosamente está inscrito en el programa lingüístico con el que este fin de semana se hermanará el Scrabble en Girona), casi es como decir que la palabra lo llama hacia un destino que parezca estar escrito en las líneas de su mano.
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