Supongo que todos, incluso los supuestamente impersonales e intangibles redactores de un blog, merecen en algún momento la ocasión de hablar en primera persona. Y como no creo que encuentre mejor ocasión que ésta, quiero aprovecharla.
Mil gracias por las felicitaciones, las que me disteis en vivo y las posteriores, públicas y privadas, que están siendo muchas. Aún no me lo acabo de creer.
Siempre lo he dicho: a todo campeón de un gran torneo le acompaña la suerte, incluso cuando han llegado allí con una enorme preparación; es su momento, su torneo, casi está escrito que tiene que ganar... y le toca. Me parece un buen momento para recordarlo, porque cuando uno lo dice no habiendo ganado parece como que le quite mérito a otro. Pero ahora nadie se va a quejar porque lo diga ;)
Tuve mucha suerte. Durante 7 de las 8 primeras partidas me "quejaba" de que los atriles me lo ponían poco fácil. Todas las partidas eran de infarto y ni las dos que perdí ni 5 de las 6 que gané me dieron un segundo de respiro. Si el torneo seguía así, al día siguiente tendrían que sacarme en camilla y con respiración asistida. Pero entonces, justo cuando el torneo me enfrentaba a todos los rivales a priori más difíciles, el enanito se sentó a mi lado. ¿Merecí ganar? Pues supongo que algo puse de mi parte. Pero tengo más claro que nunca que la suerte se alía con todos los vencedores de grandes torneos.
Además, quiero reivindicar la ilusión y la esperanza de que algún día tendrán su propio momento (todos lo merecemos) para todos aquéllos que no se preparan especialmente. Es encomiable el esfuerzo y la dedicación de todos esos grandes devoradores de palabras; ese verbiborismo es además un valor añadido para estar optando siempre a todo. Pero, aunque a alguien pueda pesarle, no puedo más que repetir que continúo viviendo de las rentas de lo que estudié entre 2004 y 2005. No quiero con esto quitar mérito a nadie, pero sí reforzar la confianza de todos aquéllos que esperan recibir una alegría de este juego pero no están dispuestos a invertir en estudio. Es posible conseguirlo, siempre he creído que es mucho más importante llegar a ser un buen estratega que un buen memorizador de palabras: reflexionar sobre el juego, la estrategia, el tablero, anagramar... sin tomarse esto como una profesión, también es posible llegar a grandes cotas. Y si nos planteamos pequeños objetivos a corto plazo, a menudo podremos estar obteniendo satisfacciones de este juego. Mientras pueda seguir viviendo de esas rentas de lo aprendido, mientras todos ésos que venís dando una caña tremenda me permitáis seguir en un lugar relativamente cómodo, me encantará seguir dedicando mi tiempo a mil quehaceres interesantísimos relacionados con el juego y su difusión. Y sólo el día que me lo pongáis tan difícil que mi clasificación mundialista peligre (ya sabéis que quiero estar en los próximos 50 mundiales), sólo entonces, tal vez me plantee volver a perder un poco de tiempo en devorar. O tal vez no, que hasta de ser competitivo se puede cansar uno, ¿verdad, Miguel?
Lo de Miguel El Grande este año ha sido de traca. Habiéndose planteado desconectar un tanto al menos durante un año, ha firmado la mejor temporada de su vida, invicto tras diez durísimas rondas coperas y subcampeón en el Abierto de Lloret. Batallando en mil frentes desde la directiva, comprometido en la organización del Campeonato de España (y eso implica desde ejercer de coordinador hasta imprimir y cortar cientos de planillas de duplicada e impugnaciones, por ejemplo) y, para colmo, arbitrando durante 26 horas con apenas ayuda, chequeando jugadas de duplicada... en definitiva, ya te lo advertí, Miguel: continuarías la tradición de "presi-plañidera" en cuanto acabara el torneo y se evaporara toda la tensión y adrenalina acumuladas. He visto a un hombre, alto como una torre, llorar como un crío (lo siento, Miguel, soy un chivato) y, sinceramente, después de todas las burradas que le he visto hacer estos últimos meses (y, especialmente, semanas) por el scrabble y por la AJS, esas lágrimas son lo que más me ha impresionado, porque demuestran una calidad humana, un compromiso, una pasta especial e irrepetible.
Me alegro especialmente, muchísimo, por ese subcampeonato obtenido por mi buen amigo Blai Figueras. Porque se lo merece, eso y más (de hecho muchos han merecido salir campeones este fin de semana), tanto por su nivel de preparación como por lo muchísimo que ha hecho por este juego, conformando un club sólido, con mucho de ludixmo y de pedagoxía, cumpliendo un lustro en la organización de torneos, regalándonos siempre su ingenio anagramístico y matemático y organizando un grandísimo Nacional.
Y me alegro muy especialmente por mi querida Ivette. Porque, a pesar de que, como te dije, deseara que cayeras en una de esas dos últimas rondas (competición es competición, amiga mía), eres el claro ejemplo de que sólo desde el amor y la pasión por el juego pueden obtenerse grandes éxitos. Y no conozco una jugadora más apasionada que ella, capaz de desplazarse cientos de kilómetros una y otra vez por jugar unas pocas rondas. ¡¡¡Eres muy grande Ivette!!!
Me alegro por Raúl, por Neme, Adolfo, Topo, Marián, Clara, Santi, Graciela... Y me alegro por todos los que allí estuvisteis, porque habéis disfrutado y nos habéis permitido a los demás disfrutarlo con vosotros. Cada uno a vuestra manera sois enormes.
Mi felicitación más grande quiero que sea para un jugador y una persona que, aunque parezca pequeñito, es realmente grande. Nuestro querido Joan, debutante en un Nacional, con apenas un par de meses de práctica en el juego. A pesar de las derrotas, hay que tener un espíritu enorme para aguantar esas 17 rondas y además hacerlo disfrutando y exprimiendo un aprendizaje de cada partida, sacando lo mejor de cada minuto vivido. Espíritu de campeón. ¡¡¡Felicidades, maestro de la felicidad!!!
Y, a los que no pudisteis estar, no puedo más que deciros que cada año merece más la pena vivirlo, que el año que viene no serán tantas rondas y tendréis menos excusa para no estar allí. Tengo ganas de disfrutarlo con todos vosotros, ¿60, 70, 80...? :)
En las palabras que todo campeón tiene que pronunciar al ser coronado (semejante tortura emocional debieron inventarla los chinos), la emoción y la congoja no me dejaron acabar con esas lágrimas y gimoteos que pretendían ser un pequeño discurso. Se me quedaba injustamente en el tintero el agradecimiento a mi mayor fuente de inspiración desde que me volví loco por el Scrabble, el pilar de mi vida, mi mejor confidente, mi amada y la mejor jugadora de todos los tiempos (y me da igual si alguna estadística pretende lo contrario). Montse, todo esto no habría sido posible sin ti. Te quiero.
¡¡¡XI Campeonato de España, allá vamos!!!
Mil gracias por las felicitaciones, las que me disteis en vivo y las posteriores, públicas y privadas, que están siendo muchas. Aún no me lo acabo de creer.
Siempre lo he dicho: a todo campeón de un gran torneo le acompaña la suerte, incluso cuando han llegado allí con una enorme preparación; es su momento, su torneo, casi está escrito que tiene que ganar... y le toca. Me parece un buen momento para recordarlo, porque cuando uno lo dice no habiendo ganado parece como que le quite mérito a otro. Pero ahora nadie se va a quejar porque lo diga ;)
Tuve mucha suerte. Durante 7 de las 8 primeras partidas me "quejaba" de que los atriles me lo ponían poco fácil. Todas las partidas eran de infarto y ni las dos que perdí ni 5 de las 6 que gané me dieron un segundo de respiro. Si el torneo seguía así, al día siguiente tendrían que sacarme en camilla y con respiración asistida. Pero entonces, justo cuando el torneo me enfrentaba a todos los rivales a priori más difíciles, el enanito se sentó a mi lado. ¿Merecí ganar? Pues supongo que algo puse de mi parte. Pero tengo más claro que nunca que la suerte se alía con todos los vencedores de grandes torneos.
Además, quiero reivindicar la ilusión y la esperanza de que algún día tendrán su propio momento (todos lo merecemos) para todos aquéllos que no se preparan especialmente. Es encomiable el esfuerzo y la dedicación de todos esos grandes devoradores de palabras; ese verbiborismo es además un valor añadido para estar optando siempre a todo. Pero, aunque a alguien pueda pesarle, no puedo más que repetir que continúo viviendo de las rentas de lo que estudié entre 2004 y 2005. No quiero con esto quitar mérito a nadie, pero sí reforzar la confianza de todos aquéllos que esperan recibir una alegría de este juego pero no están dispuestos a invertir en estudio. Es posible conseguirlo, siempre he creído que es mucho más importante llegar a ser un buen estratega que un buen memorizador de palabras: reflexionar sobre el juego, la estrategia, el tablero, anagramar... sin tomarse esto como una profesión, también es posible llegar a grandes cotas. Y si nos planteamos pequeños objetivos a corto plazo, a menudo podremos estar obteniendo satisfacciones de este juego. Mientras pueda seguir viviendo de esas rentas de lo aprendido, mientras todos ésos que venís dando una caña tremenda me permitáis seguir en un lugar relativamente cómodo, me encantará seguir dedicando mi tiempo a mil quehaceres interesantísimos relacionados con el juego y su difusión. Y sólo el día que me lo pongáis tan difícil que mi clasificación mundialista peligre (ya sabéis que quiero estar en los próximos 50 mundiales), sólo entonces, tal vez me plantee volver a perder un poco de tiempo en devorar. O tal vez no, que hasta de ser competitivo se puede cansar uno, ¿verdad, Miguel?
Lo de Miguel El Grande este año ha sido de traca. Habiéndose planteado desconectar un tanto al menos durante un año, ha firmado la mejor temporada de su vida, invicto tras diez durísimas rondas coperas y subcampeón en el Abierto de Lloret. Batallando en mil frentes desde la directiva, comprometido en la organización del Campeonato de España (y eso implica desde ejercer de coordinador hasta imprimir y cortar cientos de planillas de duplicada e impugnaciones, por ejemplo) y, para colmo, arbitrando durante 26 horas con apenas ayuda, chequeando jugadas de duplicada... en definitiva, ya te lo advertí, Miguel: continuarías la tradición de "presi-plañidera" en cuanto acabara el torneo y se evaporara toda la tensión y adrenalina acumuladas. He visto a un hombre, alto como una torre, llorar como un crío (lo siento, Miguel, soy un chivato) y, sinceramente, después de todas las burradas que le he visto hacer estos últimos meses (y, especialmente, semanas) por el scrabble y por la AJS, esas lágrimas son lo que más me ha impresionado, porque demuestran una calidad humana, un compromiso, una pasta especial e irrepetible.
Me alegro especialmente, muchísimo, por ese subcampeonato obtenido por mi buen amigo Blai Figueras. Porque se lo merece, eso y más (de hecho muchos han merecido salir campeones este fin de semana), tanto por su nivel de preparación como por lo muchísimo que ha hecho por este juego, conformando un club sólido, con mucho de ludixmo y de pedagoxía, cumpliendo un lustro en la organización de torneos, regalándonos siempre su ingenio anagramístico y matemático y organizando un grandísimo Nacional.
Y me alegro muy especialmente por mi querida Ivette. Porque, a pesar de que, como te dije, deseara que cayeras en una de esas dos últimas rondas (competición es competición, amiga mía), eres el claro ejemplo de que sólo desde el amor y la pasión por el juego pueden obtenerse grandes éxitos. Y no conozco una jugadora más apasionada que ella, capaz de desplazarse cientos de kilómetros una y otra vez por jugar unas pocas rondas. ¡¡¡Eres muy grande Ivette!!!
Me alegro por Raúl, por Neme, Adolfo, Topo, Marián, Clara, Santi, Graciela... Y me alegro por todos los que allí estuvisteis, porque habéis disfrutado y nos habéis permitido a los demás disfrutarlo con vosotros. Cada uno a vuestra manera sois enormes.
Mi felicitación más grande quiero que sea para un jugador y una persona que, aunque parezca pequeñito, es realmente grande. Nuestro querido Joan, debutante en un Nacional, con apenas un par de meses de práctica en el juego. A pesar de las derrotas, hay que tener un espíritu enorme para aguantar esas 17 rondas y además hacerlo disfrutando y exprimiendo un aprendizaje de cada partida, sacando lo mejor de cada minuto vivido. Espíritu de campeón. ¡¡¡Felicidades, maestro de la felicidad!!!
Y, a los que no pudisteis estar, no puedo más que deciros que cada año merece más la pena vivirlo, que el año que viene no serán tantas rondas y tendréis menos excusa para no estar allí. Tengo ganas de disfrutarlo con todos vosotros, ¿60, 70, 80...? :)
En las palabras que todo campeón tiene que pronunciar al ser coronado (semejante tortura emocional debieron inventarla los chinos), la emoción y la congoja no me dejaron acabar con esas lágrimas y gimoteos que pretendían ser un pequeño discurso. Se me quedaba injustamente en el tintero el agradecimiento a mi mayor fuente de inspiración desde que me volví loco por el Scrabble, el pilar de mi vida, mi mejor confidente, mi amada y la mejor jugadora de todos los tiempos (y me da igual si alguna estadística pretende lo contrario). Montse, todo esto no habría sido posible sin ti. Te quiero.
¡¡¡XI Campeonato de España, allá vamos!!!
3 comentarios:
Eres.....GRANDE...como jugador, como persona, como compañero...eres GRANDE en todo, mi amor!!!
El scrabble te ha devuelto en forma de victoria todas las cosas que con tanto entusiamo haces por el...TE LO MERECES!!!
Te quiero ----CAMPEÓN---!!!!
Montse
Y claro que te lo mereces. No hemos hablado demasiado porque tú en ReDe eres como el guadiana, jeje, pero ya te vi muy fuerte en el mundial. El día que por fin me decida a pasarme al tablero ya empezarás a odiarme de todos los consejitos que te voy a pedir. Tú y los demás cracks que se pongan a mi alcance :D Y me uno en ese recordatorio para Miguel y todos los que hacéis que este juego gane terreno en España.
Felicidades, CAM-PE-ÓN
Amigo, todos por aquí te queremos, y estamos orgullosos de tu logro, un abrazo, y nos vemos en Argentina, donde tendrás barra caraqueña :))
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