Elocionante final de temporada

Soy un ferviente seguidor de la evolución de ese microuniverso llamado “ránking Elo AJS”. Mirado en su conjunto, es como un organismo vivo, dinámico, palpitante. Lo que ocurre en unas partes de su cada vez más evolucionado cuerpo afecta a otras, sus miembros se interrelacionan y el movimiento de unos y otros determina su peculiar manera de comportarse, caminar, ser. Palpita, respira, se convulsiona y transforma como una columna de ascendente humo, como la espuma que se dispersa en la bañera bajo un chorro de agua, como una nube que se convierte en otra y luego en otra y en otra bien distinta.

Nunca antes, además, sus cambios habían sido tan vertiginosos, tan sorprendentes, tan fascinantes. Nunca las partes estuvieron tan cercanas y activas, nunca antes subió tanto lo más bajo, ni lo más alto cayó con tanto vértigo. Los codos se hacen tan necesarios como en el metro en hora punta, los grupúsculos que definen los distintos niveles bailan circulares valses al son que dictamina la bolsita de fichas.

El primer gráfico muestra las cotas alcanzadas por las posiciones primera y vigésima del ránking Elo AJS en los últimos siete años. Después del pico (2073) y la mayor diferencia (+270) alcanzados en 2005, la tendencia del ránking es hacia cobijar a sus veinte primeros en un puño. Desde 2003 (en que el número de participantes en torneos hasta la fecha se reducía a 44), nunca la distancia había sido tan corta. Y lleva tres años reduciéndose.

El segundo gráfico muestra la distribución de los participantes en torneos oficiales en categorías de un rango de 100 puntos Elo. El mayor número de participantes ocupa siempre el intervalo comprendido entre los 1701 y los 1800 puntos.

Pero ahora, donde el factor humano se inocula en esa balsa de estadística, es cuando la historia adquiere una nueva dimensión, bellamente trágica y apasionada: dos escalones más arriba, en el que va de los 1901 a los 2000 puntos, se libra una batalla por el acceso desde la lista Elo a “el Mundial al que todos quisieron asistir” como nunca antes haya podido verse.

Mi Buenos Aires querido, bello destino, cálida plaza, abra sus brazos a los representantes españoles, que ansían ir a su encuentro. Pero aún habrá de esperarnos un poco, porque hasta media delegación está pendiente del maldito ránking Elo AJS, que cerrará sus puertas allá por la frontera entre junio y julio.

Por eso nunca antes tres torneos locales habían estado tan interesantes. Por eso su valor, ganado a fuerza de experiencia en la organización de sucesivas ediciones, se multiplica, alimentado por la fuerza que le confiere esta lucha y se multiplicará aún más a cada nuevo cartucho quemado.

31 de mayo y 1 de junio – II Abierto Ciudad de Sevilla
14 y 15 de junio – IX Open de El Prat
28 y 29 de junio – III Torneo de Madrid

Aún queda tanto, tanto, tanto por jugar…

Y, como combinándose siempre sale mejor, aquí Santi Rosales completa éstos con otros datos estadísticos, antes del intensísimo final de temporada que nos espera.