Ahora todo el mundo twistea... ¿tú aún no?

miércoles, 7 de mayo de 2008

¿Quién lo dijo?

Enhorabuena, no sólo a los ganadores, sino a todos los participantes, porque, meterse 17 rondas entre pecho y espalda, bien merece un aplauso.

Felicidades a Miguel. Tras 374 partidas y 1122 impugnaciones aderezadas con la fiscalización de una partida duplicada de 44 participantes y 15 rondas, todavía tuvo arrestos de ganar brillantemente la primera edición copera. ¡Sólo te faltó hacer girar un par de argollas con los pies mientras sostenías una silla con la nariz!

¿Pero qué carajo hago yo aquí perdiendo el tiempo con este juego del demonio? He tenido ganas de coger el tablero y estamparlo contra la pared, o hacerme el haraquiri con el atril tras alguna partida decepcionante. En el escráble, como en la vida uno tiene que darlo todo, esforzarse al máximo, tener fe en que uno se puede abrir su propio camino si se lo propone, y luego esconderse tras la puerta y cruzar los dedos y frotarse con una pata de conejo... por si las moscas, chiquillo, que no cuesta ningún trabajo. Dos días me ha durado el mal rato y las ganas de cambiar el joío escrábel por el macramé.

ÁLVARO, VALORA:
ninguno te gana A VALOR,
pues con un ataque de gota
nunca nadie jugó mejor.

Perdí tontamente mis dos últimas partidas y eso me dejó un sabor agridulce que sólo me pude quitar ayer al medio día cuando me di cuenta que también había ganado 2 partidas por errores de mis contrarios, que teniendo más experiencia y nivel que yo, cometieron errores muy básicos al final, como fueron los míos en dichas partidas. Fue hasta en ese momento que pude decir: Nacional, nada me debes. Nacional: estamos en paz.

Creo que la felicitación mayor la merecemos todos los que, sin importar el resultado de uno y otro torneo, continuamos. Hoy más que nunca creo que cualquiera puede conseguir sobresalir de alguna u otra manera en este juego, ya sea en torneos, ya sea haciendo rimas simpáticas, blogs inspiradores, lexicones libres…

Personalmente, por supuesto, estoy muy contenta con mi desempeño en el nacional. Pero en realidad mi mejor premio ha sido el ya mencionado: descubrir que tengo ya una familia en España.

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