Ahora todo el mundo twistea... ¿tú aún no?

lunes, 20 de abril de 2009

Hasta pronto

Querido Santi,

Vaya pedazo de torneo que te has marcao, hijo mío. Yo ya pensaba que lo había visto todo en grandes organizaciones y en despliegue de medios, pero de verdad que lo de ayer ha roto todas las barreras, para pasar a ser sencillamente apoteósico. ¿Dónde tienes el techo, Maestro? No sabes cómo me alegro de tu gran éxito. Es lo único que puedes conseguir mientras sigas aplicando esa receta: corazón. No la cambies nunca, Santi; no te imaginas la de satisfacciones que esto tiene que darte todavía.

Y esas voces que quisieron recordarte lo que pudo salir mejor, sin ser capaces de ver todo lo que conseguiste y todo lo que disfrutamos, recuérdalo, son como cantos de sirena que quieren llamarte a un terreno por el que no debes caminar. Tu mejor respuesta sólo puede estar en seguir ofreciendo más de lo mismo. Y cada uno que se lleve de esta experiencia que hemos elegido vivir lo que más le satisfaga. ¡Un escrábel para ellos, Santi! Y a ti que te quiten lo bailao.

Ay, puñetero, cómo te rajaste anoche, cuando te ovacionamos y coreamos para ver si te saltábamos las lágrimas y tú vas y te pones a hacer otras cosas entre sorbos. Va, hombre, que eso no se hace… un buen anfitrión tiene que darle a su público lo que quiere y si eso son lágrimas… ¡pues a llorar como una Magdalena! No lo vuelvas a hacer.

Yo, por mi parte, te cuento que ando de despedida. Supongo que era algo que se veía venir. El blog (los blogs) andaban dando sus últimos coletazos, a veces actualizándose varias veces por semana, pero otras muchas con muy largos silencios. No es falta de cariño, los quiero con el alma, que diría el bolero, pero es que hace ya tiempo que uno de los principales objetivos que me marqué cuando los arranqué ya se había cumplido. No fue hace tanto cuando, imitando a nuestra muy querida Maestra A(s)DELETRA(s), me lié la manta a la cabeza, pensando en disfrutar de esa nueva aventura, por supuesto, pero también en que si podía contagiar esa ilusión personal por la información en torno a esta gran pasión, los beneficios sobre la inversión tendrían que ser una gozada. Y, ya ves, ¡menudo panorama! Yo no sé qué parte de culpa he podido tener, pero anda y que no mola ver tanto blog de escrábel hablando cada uno de lo suyo, como tiene que ser, o ese Redeletras tan chulo como está y, por supuesto, esa maravilla de la comunicación que te has inventado, con tele incluida, que no puede ser más que el comienzo de una maravillosa historia que aún nos queda por vivir.

Por el momento, lo que me pide el cuerpo es dedicarme a asuntos más prosaicos, aunque ya sabes que nunca le hago ascos a volver a inventar cualquier locura… no te prometo nada.

Fíjate qué cosas, me despido sin despedirme en realidad, porque nos vamos a seguir viendo en los tableros (dentro de cuatro días con ese pedazo de Nacional paterninozajarí, por ejemplo), pero a pesar de todo me está emocionando este hasta otra. Porque les había cogido cariño a estos puñeteros blogs. Porque se me quedaron tantos asuntos pendientes, proyectos colgados (perdón a mis queridos seguidores de la Superdú), cosas por decir…

Cuídame de Ade y cuídate de que no se le olvide completar todo aquello que no hayas recordado comentar en tu blog (y de que no se te olvide a ti completar sus “vacíos”). No te olvides de seguir organizando torneos (hasta el “de la sopa” si hace falta), de volver locos a los chicos de Rede con tus iniciativas, de promocionar la clásica y la dupli, los de debutantes y los de vis a vis, de hablar de los clubes y las asociaciones, de entrevistar a todo bicho viviente (porque todos son criaturas del señor y a todos me gusta leerlos), de darle vida a nuestro particular mando de la tele de lo que nos gusta y lo que nos divierte… Y, sobre todo, Santi, no te olvides de Maite (¡que le haces falta, hombre!), ni de dormir, ni de ser feliz.

Querido Santi, nos vemos muy pronto. Y anda y que no nos vamos a reír. Y anda y que no nos queda por jugar. Sé bueno. Un abrazo muy grande.

viernes, 3 de abril de 2009

¿Cuándo fue la última vez que…

… te dijeron a las tres de la mañana: “hija, tú estás segura que el hijo es tuyo”?

… Epi te susurraba “hola, Blas”, asomando al borde de tu almohada?

… te quiso robar los tableros un grupo de abuelitas jugadoras de bridge?

… tuviste un momento de catarsis colectiva con un siguemepollo y una siguapa?

… jugaste un torneo internacional nocturno de piedra, papel o tijera?

… viste a dos grandes campeones andaluces cantando el “Toa, toa”?

… apostaste a quién lloraba más en una entrega de premios?

… jugaste una partida de madrugada, en la cama de cualquier hotel, albergue o pensión?



Mucho más de lo que podrías imaginar.

Quédate sin


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